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Desde “Miscelánea” nos trasladamos hasta el continente asiático para recalar en la cuna de los fenicios, Líbano. Este país se encuentra en la zona asiática conocida como Oriente Próximo, limitando con Israel, Siria y bañado por el mar Mediterráneo. Aunque por esa tierra pasaron asirios, babilonios, armenios, persas, griegos, romanos, …hablar del Líbano es hablar de los fenicios, de los descubridores del vino, de los inventores del alfabeto, de los grandes mercaderes de la antigüedad, …y nos tenemos que remontar al año 1200 adC. si queremos ponerles fecha.
Un poco más cerca, ya en la Edad Moderna, el Líbano fue parte del Imperio Otomano desde el s. XVI hasta su caída tras la Primera Guerra Mundial. Desde entonces sería colonia, hermanada con Siria, y Protectorado de Francia hasta su independencia en 1943. Actualmente cristianos maronitas, drusos, sunitas, chiitas y refugiados sirios y palestinos comparten uno de los territorios asentamiento humano más antiguos del Mundo.
Vamos a contemplar una serie de billetes de mediados del siglo XX emitidos por la “République Libanaise”: los ejemplares de 25 piastras de 1948 y 50 piastras de 1950, y de la emisión del “Banque de Syrie et du Liban”: los ejemplares de 1 libra de 1964, 5 libras de 1955, 10 libras de 1961 y 100 libras de 1958.
Sus anversos y reversos, casi monocromáticos por valores, nos ofrecen motivos arqueológicos de distintas épocas, aunque son varios los ejemplares que muestran los restos arquitectónicos de la ciudad de Baalbek y la huella dejada, desde allá por el s.II, por el Imperio Romano. Todo Baalbek fue considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1984. En algunos ejemplares también veremos el mítico cedro libanés entre paisajes.
Los valores más pequeños, que se corresponden con los emitidos por la “République Libanaise” (1948-1950), muestran sus numeraciones en cifras árabes en sus anversos. Los valores mayores, emitidos por el “Banque de Syrie et du Liban” (1952-1964), ya ofrecen sus series en numeración occidental. Tercian textos en árabe y en francés, bien manteniendo la separación en anversos o reversos (valores en piastras) o bien mezclados en ambas caras (valores en libras). Los ejemplares en libras fueron impresos por la empresa londinense Thomas de la Rue & Co. Lmtd.


El billete de 25 piastras del Líbano de 1948 nos ofrece al anverso el típico cedro libanés, símbolo por excelencia del país. Para el reverso un prótomo león que servía de gárgola sobre un ornamento con grecas griegas en un friso, parte de los muros del Templo de Júpiter en la ciudad de Baalbek. Coloración predominante granate vino. Textos, valores y numeraciones en árabe en anverso y en francés en reverso. Números de serie en arábigo oriental.


El billete de 50 piastras del Líbano de 1950 nos ofrece al anverso las seis columnas que quedan en pie del Templo de Júpiter en Baalbek. Para el reverso un grabado del Templo de Venus, también de Baalbek. Coloración predominante verde con trazas púrpuras. Textos, valores y numeraciones en árabe en anverso y en francés en reverso. Números de serie se mantienen en arábigo oriental.


El billete de 1 libra del Líbano de 1964 nos muestra en su anverso los restos del Castillo de Sidon “Kalaat Saida al-Bahriya”; restos arqueológicos de una fortaleza erigida por los cruzados en el primer tercio del s.XIII a orillas del Mediterráneo, al centro-sur del país. Para el reverso las seis columnas corintias y cornisa aún en pie del Templo de Júpiter, en la ciudad de Baalbek. Textos en francés y en árabe en ambos lados y números de serie en numeración occidental (numerales indo-arábigos). Monocromaticidad en tonos marrones.


El billete de 5 libras del Líbano de 1955 nos ofrece en su anverso vistas del Palacio de Beiteddine, su patio, sus fuentes y jardines, construido en tiempos del Imperio Otomano en una pequeña ciudad al sureste del país. Data de finales del s. XVIII en una mezcla de arquitecturas árabe e italo-barroca. Para el reverso nos guardan el grabado de un paisaje invernal con cedros nevados. Monocromatismo en tonalidades azules en ambos lados.


El billete de 10 libras del Líbano de 1961 nos muestra al anverso el Templo de Baco en Baalbek, gran muestra de la arquitectura imperial romana de finales del s.II, vestigio excelentemente conservado de la antigua Heliópolis, hoy toda ella Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Para el reverso nos dibujan un paisaje de una colina con una ciudad amurallada en su parte alta y una pequeña casa de campo de piedra blanca con bóveda redonda y su vallado con árboles. Monocromaticidad de tonos verdes claro-oscuros.


El billete de 100 libras del Líbano de 1958 nos ofrece una vista aérea de la ciudad de Beirut, hoy capital del país, con su salida al Mediterraneo y sus cerros cercanos. Para el reverso nos deleitan con un exquisito grabado de un cedro libanés, árbol emblema nacional (de hecho aparece en el centro de su bandera). Cromaticidad en tonos azules.
El cedro libanés es también conocido como cedro de Salomón (rey de Israel; 965 a 928 adC según la Biblia), quien usase su madera para construir el primer Templo de Jerusalén (destruido por el babilonio Nabucodonosor II tres siglos y medio después).
Sus marcas de agua solo son visibles en los ejemplares en libras, ya del “Banque de Syrie et du Liban”, en los que veremos la cabeza de un anciano barbudo y, ¡como no! el alzado de un cedro.
Un billetario austero pero con ese orgullo patrio en su pasado que ofrecen países con gran historia a sus espaldas.¡Espero que os gusten!