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Desde “Rarezas” nos acercamos a Bélgica y a su colonia africana a través de tres billetes emitidos a mediados del siglo XX con un denominador común, la ilustración en sus anversos con el retrato del rey Leopoldo II.
No es muy habitual ver retratados en los billetarios mundiales a personajes que pasaron a la Historia, no precisamente por su legado, sino más bien por su falta de Humanidad en vida, al menos en países considerados democráticos. Pero existe eso llamado excepción a la regla, y con Bélgica lo pudimos contrastar con esta terna que vamos a repasar.
Contemplaremos los billetes de 500 francos de Bélgica de 1945, 100 francos del Congo Belga de 1956 y 500 francos de Bélgica de 1952. Todos ellos nos ofrecen en sus anversos el retrato del rey Leopoldo II con uniforme militar. Para los reversos se ofrecen distintas escenas de vida en la colonia africana para los ejemplares de 1945 y 1956 y una exquisita pintura al óleo de Rubens en el ejemplar de 1952. Textos en francés en los anversos y en neerlandés en los reversos. Firmas de tesoreros, directores o gobernadores del Banco emisor repetidas en anversos y en reversos.


El Congo Belga (1908-1960), país situado en el centrooeste africano, era una región que ya desde 1885 estuvo tutelada por el rey belga Leopoldo II (1835-1909), aunque no se llamaría así hasta 1908. El personaje que nos ocupa reinó en el Estado Libre del Congo casi hasta su muerte.

Tras la Conferencia de Berlín de 1884 en la que se decidió el “reparto colonial de África”, asumió ese territorio para “mejorar” la vida de sus habitantes. Comenzó siendo un reconocido abolicionista de la esclavitud, pero su ambición imperial pudo con él, convirtiéndolo en el dueño y señor de un rico territorio que explotaría y esquilmaría para su exclusivo lucro; no solo esquilmó sus riquezas naturales (caucho, latex, marfil, …) sino también a la población. En 1908 ante la presión internacional una vez conocidas sus andanzas cedió el control al Parlamento belga. A partir de entonces y durante más de cinco décadas se conocería como “Congo Belga”.

El billete de 500 francos de Bélgica de 1945 nos muestra en la izquierda del anverso a Leopoldo II con uniforme y gorro militar, y a su pie dos leones enfrentados a ambos lados del valor del billete; al centro una vista aérea de la ciudad de Amberes, su puerto y la Catedral (de estilo gótico s.XIV-XVI); a la derecha un cuadro blanco que esconde la marca de agua y a su pie el valor en número con los mismos leones tenantes que el retrato real. Su cromaticidad en tonos amarronados.

Para el reverso una pintura recrea paisaje y gentes oriundas de la colonia africana en las riberas del río Congo, ese Congo Belga que tanta riqueza generó al país europeo; y a sus laterales dos tótem verticales de máscaras tribales. Diseñado por el artista belga Jules Vanpaemel, lleva las firmas de Henry Sontag como Le Tresorier y de Maurice Frère como Le Gouverneur en ambos lados del billete. Este billete forma parte de la serie “Dinastía” emitida en la época en los valores de 100 francos, 500 francos (el que vemos) y 1.000 francos, en clara alusión a la dinastía real que comenzó con Leopoldo I en 1831.

El billete de 500 francos de Bélgica de 1952 nos ofrece en su anverso el rey Leopoldo II con chaqueta militar pero sin gorro, y ocupando toda la parte izquierda del mismo. Al centro, como fondo de los textos, el león heráldico en color crema.
Diseñado por el pintor valón Louis Buisseret, lleva las firmas de Georges Pirsoul como Le Tresorier y de Maurice Frère como Le Gouverneur. Forma parte de la edición “Centenario” en clara alusión al centenario del Banco de Bélgica que se cumplía en 1950, y también lo acompañaron los valores de 100 francos y de 1.000 francos. De cromaticidad predominante amarronada, con pinceladas de rojo y azul.

Para el reverso nos sorprende con el grabado de una obra del pintor flamenco Peter Paul Rubens (1577-1640), óleo conocido como “Cuatro estudios de la cabeza de un negro”, actualmente en los Musées royaux des Beaux-Arts de Bruselas. Un lienzo donde nos retrata al africano anónimo en distintas posiciones y con diferentes semblantes, mostrando al rostro serio, al triste, al risueño y al enojado. Iconográfica lección de humanidad con reminiscencia colonial, aunque se trate de una obra pintada tres siglos y medio antes y con ciertos rasgos occidentales (peinado y ropaje).

El billete de 100 francos de Congo Belga de 1956 nos muestra en su anverso al rey Leopoldo II con chaqueta militar ocupando la mitad izquierda del billete. Sobre él, el león rampante de la heráldica belga. Para el resto del anverso, discos de guilloches y composiciones florales como base de los textos. Diseñado por Guillaume Minguet, lleva las firmas de Deraert como Le Premier Directeur y de Hector Jules Martin como Le Gouverneur. De cromaticidad en tonos predominantes verdes con trazas grises y marrones. Textos en francés a este lado del billete.

Para el reverso se representa en un disco central a una joven pareja de congoleños tejiendo cestas en un paisaje de palmeras. El resto composiciones geométricas en tonos verdes, azules y marrones rodeando el motivo principal en tono púrpura. También se representa la estrella de cinco puntas que sería icónica en la bandera del Congo (aunque no azul sino amarilla). Textos en este lado en neerlandés. Fue impreso por Bradbury, Wilkinsons & Co. de Londres.

Respecto a las marcas de agua, en los ejemplares belgas de 500 francos de 1945 y de 1952 vemos el rostro ladeado del rey Leopoldo I (1790-1865), padre de Leopoldo II. En el ejemplar de 100 francos del Congo belga vemos la cabeza de un elefante.
Nunca vimos en billetarios oficiales a “personajes” como Stalin, Hitler, Pol Pot, …¡con Leopoldo II no podremos decir lo mismo!