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Desde “Miscelánea” y “PaséporAllí” recalamos en España para revisar el primer billete de 1.000 pesetas emitido en el reinado de Juan Carlos I. Formó parte de una serie de valores dedicados a figuras de la Literatura nacional y vio la luz a finales de los años ’70 del s.XX.

El billete de 1.000 pesetas de España de 1979 homenajea al famoso novelista Benito Pérez Galdós y a la tierra que lo vio nacer, las Islas Canarias. De dibujos de Daniel Vázquez Díaz y grabados de Pablo Sampedro Molero (anverso) y Antonino Sánchez Gutiérrez (reverso), fue impreso por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) en Madrid. Para su anverso izquierdo espacio en blanco para la marca de agua junto al nº de serie, arriba, y el valor del billete sobre cicloides, abajo, con la identificación del impresor.
Lleva las firmas de José Ramón Álvarez Rendueles como El Gobernador, de Miguel Palazuelo García como El Interventor y de Jesús Urdiola Salvador como El Cajero. Su cromaticidad predominante verde clara con trazos azules y grises. Textos en azul oscuro y número de serie por duplicado en el anverso en tipografía roja.

Así, el billete de 1.000 pesetas de España de 1979, dedicado a Benito Pérez Galdós, compartió serie con el de 200 pesetas de 1980 de Leopoldo Alas –Clarín, el de 500 pesetas de 1979 de Rosalía de Castro y el de 2.000 pesetas de 1980 de Juan Ramón Jiménez. Todos ellos escritores españoles nacidos en el siglo XIX.


Se emitieron gran cantidad de series con diferentes formas de numeración:
- sin letra de serie
- con letra de serie como prefijo entre la A y la Z
- con número y letra de serie como prefijo entre la 1A y la 7Z
- con doble letra de serie, una como prefijo y la otra como sufijo, hasta la S-F
- series estadísticas con 8A o 8B como prefijo
- series de reposición con 9A, 9B, 9C, 9D, 9E y 9F como prefijo
- serie 17S como prefijo, de uso incierto

Nos ofrece a la derecha del anverso el rostro y torso del escritor canario Benito Pérez Galdós. El retrato fue extraido del lienzo pintado al óleo por Joaquín Sorolla en 1894 cuando el novelista tenía 51 años. El óleo se expone en su casa museo en Las Palmas de Gran Canaria. Su rostro también aparece incrustado como marca de agua del billete.

Al centro inferior se dibuja un drago, árbol milenario que encontraremos en los alrededores de Icod de los Vinos (municipio de la isla de Tenerife) y en la esquina superior derecha el escudo de armas del rey Juan Carlos de Borbón.

Benito Pérez Galdós (1843-1920) nació en Las Palmas de Gran Canaria. Su padre, un coronel que luchó en la Guerra de la Independencia contra los franceses, le inculcó en su niñez la pasión por los relatos y crónicas históricas vividas como militar, quizás el caldo de cultivo que culminaría en hacer de él uno de los mejores cronistas de la época.
Inició estudios de Derecho en Madrid pero su vocación le dirigiría más hacia la Literatura. Asiduo de teatros, ateneos y tertulias en la capital, conocería a Clarín con quien le unió una gran amistad. Viviría en esos años la Revolución de 1868 “La Gloriosa” y la caída de la reina Isabel II e inicio del Sexenio Democrático (Gobierno Provisional 1868-71, reinado de Amadeo I 1871-73 y 1ª República 1873-74).

Su primera novela “La Fontana de Oro” la publicó en 1870; escribiría muchas más (Doña Perfecta, Fortunata y Jacinta, Misericordia, …), obras para teatro, ensayos, cuentos, pero si en algo sobresalía realmente fue en el realismo como cronista de la historia, algo que plasmó en sus Episodios Nacionales (que redactaría entre 1872 y 1912), una crónica de la memoria histórica de la España del siglo XIX narrada en cuarenta y seis novelas a lo largo de cinco series.
Nombrado académico de la Real Academia Española (RAE) en 1897, también ejerció como político y estuvo nominado al Premio Nobel de Literatura en 1912.

Es precisamente de uno de sus Episodios Nacionales, el dedicado a la ciudad de Zaragoza en su primera serie sobre la Guerra de la Independencia contra los franceses, en su episodio seis capítulo XXIX, donde se recoge la frase que iba a acompañarle en el billete emitido en su honor. Así en el lado derecho del reverso del billete de 1.000 pesetas de 1979 aparece el texto “…y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”, en letra autografía del escritor. Pérez Galdós nunca estuvo en Zaragoza pero supo retratar en sus relatos el sufrimiento y la destrucción de esta heroica ciudad asediada por los franceses desde 1808.

Las composiciones del reverso nos muestran una panorámica de las Cañadas del Teide, con su ladera y el Roque Cinchado en primera línea. En la isla canaria de Tenerife y dentro del Parque Nacional del Teide (Patrimonio de la Humanidad desde 1954) se alza esta peculiar roca de 27 m de alto, a 2100 m de altura sobre el nivel del mar y a escasos 300 m del volcán Teide. Forma parte de los conocidos “Roques de García”, todos formaciones rocosas cercanas con aspectos similares.

El Roque Cinchado también es conocido como “Árbol de Piedra” o “Dedo de Dios” (aunque esta última denominación lo es después de que desapareciera por una tormenta el original “Dedo de Dios”, parte alta de la formación rocosa basáltica Roque Partido de la isla de Gran Canaria).

Y para finalizar el paseo por este interesante billete, os muestro un ejemplar con la firma del cajero impresa (como en todos los ejemplares) y también manuscrita por D. Jesús Urdiola Salvador, quien fuera Cajero del Banco de España durante 18 años, entre 1979 y 1992. Una pequeña joya manuscrita por quien le dio valor como dinero circulante, un aragonés de Magallón (Zaragoza) que nos dejó en 2004.


La “lechuga” que inauguró el billetario de la Monarquía de Juan Carlos I, con guiño a Canarias y a uno de sus ilustres. ¡Espero que os guste!