«La Notafilia es Arte, es Cultura, es Historia, …¡Descúbrela!»
Desde «Miscelánea» nos desplazamos hasta Europa Central para recalar en Suiza, un pequeño pero potente país, tanto económicamente como en su diversidad cultural. Contemplamos cuatro extraordinarios billetes de Suiza de las décadas 60’-70’ del pasado siglo. Su lazo común es pertenecer a la obra y artista que ganó el concurso de diseño para el Banco de Suiza en los años ’50, el pintor Pierre Gauchat.
Pierre Gauchat (1902-1956) se presentó en 1948 al concurso de diseño del Banco, y lo ganó. Aunque poco pudo ver su obra plasmada en el billetario suizo, ya que moriría apenas dos años después de sus primeras ediciones. Esta serie mantuvo emisiones entre 1954 y 1974.

A través de sus grabados nos ofrecerá motivos humanísticos tan dispares como la fecundidad, la juventud, la compasión y la muerte en unas composiciones dignas de elogio, …impresas en billetes ¡no aptos para cualquier cartera! no solo por su valor sino también por su tamaño.
Vamos a contemplar los billetes de 50 francos suizos de 1973, 100 francos suizos de 1969, 500 francos suizos de 1968 y 1000 francos suizos de 1967. En todos ellos hay cierto paralelismo entre la representación retratística del anverso y la composición del reverso.


El billete de 50 francos nos muestra en su anverso la imagen de la cabeza de una niña y en su reverso un grabado de la recolección de manzanas en familia, con clara alusión a la fecundidad y a la familia.


El billete de 100 francos nos deleita en su anverso con la estampa de un niño acariciando una oveja y en su reverso nos ofrece una alegoría de San Martín de Tours (316-397) descabalgando de su caballo para otorgar a un mendigo desvalido la mitad de su capa (ya que como soldado romano que era no puede desprenderse del resto, que pertenece al ejército), en clara alusión a la humanidad, amabilidad y compasión.


El billete de 500 francos nos muestra en su anverso a una joven mirándose en un espejo de mano y en su reverso una alegoría de la Fuente de la Juventud, en clara alusión a la juventud, la fertilidad y el papel de ciertas aguas como elixir rejuvenecedor.


El billete de 1000 francos nos ofrece en su anverso a una joven tras una cortina velo y en su reverso una alegoría de la Danza de la Muerte o danza macabra, un género artístico de la Baja Edad Media sobre la universalidad de la muerte, que viene a decirnos que no importa la edad, clase social o etapa en la vida en la que nos encontremos, en la danza de la muerte participamos todos. Clara alusión a la fragilidad del ser humano y la fútil glorificación de lo terrenal.
Fueron impresos por Thomas De La Rue & Company Limited, de Londres en coloraciones verdes y marrones para el de 50 fr, azul amarronadas para el de 100 fr, marrones verdeoliva para el de 500 fr y morado azuladas para el de 1000 francos. Serían desmonetizados en el año 2000.

¡Un auténtico PokerDeAses notafílicamente hablando. Apuesto que os van a gustar!