ESPAÑA, los 16 PESOS DUROS 1835 de Carlos V El Pretendiente

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Desde “Rarezas” volvemos a la España de la primera mitad del siglo XIX para revisar uno de primeros documentos notafílicos emitidos para financiar la causa carlista, en la esperanza de que, tras la muerte de Fernando VII, el trono español fuese ocupado por la dinastía borbónica que nunca reconoció a Isabel II (hija del finado) como reina legítima.

Vamos a revisar los vales de 16 pesos duros de 1835 que Carlos V El Pretendiente mandó emitir nada más abrirse la sucesión dinástica al trono tras la muerte de su hermano, el rey Fernando VII. Se trataba de una Obligación pagable en oro y plata al Tesoro Real de Madrid. Esta Obligación quedaba garantizada con los bienes y fondos de la Corona, bajo autorización especial de S.M.C. Carlos V.

Obligación 16 pesos duros 1835 Tesoro Real Carlos V el Pretendiente anverso

Carlos María Isidro de Borbón (1788-1855), entre los carlistas S.M.C. (su majestad católica) Carlos V, fue infante de España por ser el hermano del rey Fernando VII. Cuando éste murió, en 1833, se postuló como sucesor al trono de España en aplicación de la Ley Sálica, código que cedía el derecho al trono al heredero varón, prohibiéndolo para la descendiente mujer.

Pero Fernando VII había promulgado en 1830 la Pracmática Sanción que derogaba precisamente la Ley Sálica, permitiendo a la mujer el acceso al trono español, aunque priorizando al heredero varón. Como Fernando VII tuvo una única hija, la futura reina Isabel II, tras la muerte de su padre en 1833 sería ella la primera en la línea de sucesión, desplazando a su tío el infante Carlos, que nunca renunciaría a sus derechos al trono.

Obligación 16 pesos duros 1835 Tesoro Real Carlos V el Pretendiente reverso

Isabel II tenía apenas tres años cuando fue coronada reina de España bajo la regencia de su madre María Cristina (cuarta esposa de Fernando VII), que ofició de reina consorte hasta 1840. Pero su tío nunca aceptaría esta sucesión.

Reconocido como Carlos V (por ser hijo del rey Carlos IV y María Luisa de Parma) bajo el apelativo de “El Pretendiente” (por disputarle el trono a su sobrina, sin conseguirlo) sería el primer pretendiente “carlista” al trono tras la disociación de la dinastía borbónica a la muerte de Fernando VII entre isabelinos (partidarios de Isabel II) y carlistas (partidarios de Carlos María Isidro o Carlos V).

Estas desavenencias derivarían en enfrentamientos bélicos durante más de cuarenta años. Conocidas como guerras carlistas, la primera de ellas fue librada entre 1833 y 1840 con Carlos V como pretendiente al trono, finalizando con el Convenio (Abrazo) de Vergara entre el general Espartero (isabelino) y el general Maroto (carlista).

Miscelánea de Vales, Bonos y Obligaciones carlistas del siglo XIX

La segunda guerra carlista transcurrió entre 1846 y 1849 con Carlos VI (hijo de Carlos V) como pretendiente, esta vez no solo al trono sino a su enlace en matrimonio con su prima, la reina Isabel II, que fracasó cuando la reina se comprometió con otro de sus primos, Francisco de Asís, que se convertiría en rey consorte.  Carlos VI llamaría a la lucha armada desde Londres, fracasando esta nuevamente.

Y la tercera guerra carlista traería a Carlos VII (nieto de Carlos V) como pretendiente real y se libraría entre 1872 y 1876, teniendo como foco de estallido la gran pérdida de escaños de representación carlista en la Cortes, ya bajo el reinado de Amadeo I.

Estos enfrentamientos civiles entre absolutistas (carlistas) y liberales (cristinos o isabelinos) tuvieron especial virulencia en las provincias vascas, Navarra, Cataluña, Aragón y Castilla y con menor intensidad en Valencia, Galicia, Andalucia o Extremadura.

Estos primeros vales u obligaciones de 16 pesos duros de 1835 de Carlos V el Pretendiente no definen fechas o plazos de reintegro ni intereses, ni tan siquiera nombran la llegada al trono del infante pretendiente, hechos que si quedarían definidos en los vales u obligaciones de emisiones posteriores, …como ya vimos en los bonos de Carlos VII de unas décadas después. 

Obligación 16 pesos duros 1835 (134x264mm) Tesoro Real Carlos V el Pretendiente anverso

El ejemplar que vemos no tiene número de serie ni firmas que lo validen. Debemos considerarlo un “remainder”, remanente o excedente que nunca circularía. Pero quedó como el primer intento documentado de la saga de vales, bonos y obligaciones carlistas que íbamos a ver desde entonces y durante varias décadas del s. XIX. ¡Yo nunca vi un ejemplar de éstos firmado! …por lo que creo que pasó directamente a documento coleccionable para el notafílico.

Su único dibujo o imagen se muestra en la parte superior izquierda y nos ofrece un óvalo con una alegoría religiosa en forma de mujer con halo en estrella y cruz en sus manos; a su lado un soldado cruzado armado con peto y escudo con cruz templaria y gran espada de doble filo, …¡pero que ha cambiado el yelmo y la cota de malla por un casco con penacho de plumas!

Bajo este algo pueril grabado un extraordinario sello en seco con el escudo heráldico del rey pretendiente, escudo de armas de la España real de finales del s. XVIII e inicios del s. XIX.

Su filigrana, que ocupa todo el centro de su superficie, nos remite a la papelera de James Whatman en Kent (Reino Unido), molino pionero en el s. XVIII en la fabricación del papel que se conocería como “vitel o vitela”, con la consistencia de un pergamino pero de gran blancura, muy delgado y compacto. Era un papel liso, como pulido y sin trama rayada como el papel verjugado, ya que se hacía sobre una malla de metal tupida en lugar de sobre alambres horizontales y verticales.

Obligación 16 pesos duros 1835 Tesoro Real Carlos V el Pretendiente filigrana desde reverso

 En ella leemos en una línea central su nombre J.WHATMAN y una segunda línea con el año 1835.

El papel verjuga, vergé o verjugado anterior al papel vitela de J. Whatman se fabricaba artesanalmente sobre un bastidor con hilos de fibras vegetales dispuestos longitudinalmente, conocidos como puntizoles, que reposaban sobre unas piezas triangulares de madera dispuestas verticalmente a los puntizones, conocidas como corondeles. La verjuga fue un método de fabricación de papel muy extendido hasta entonces para papeles de exigente calidad (ver imagen de papel verjuga de trama rayada en el ejemplar de 2500 reales de vellón de 1798 de la imagen siguiente).

Podemos comprobar en el ejemplar de 16 pesos duros que la filigrana se presenta en lectura inversa en el anverso, por lo que la impresión se hizo sobre pliegos colocados al revés. Podemos encontrarnos también ejemplares con filigrana legible desde anverso también.

Obligación 16 pesos duros 1835 Tesoro Real Carlos V el Pretendiente filigrana desde anverso

Estos ejemplares, cortados en horizontal y a un tamaño considerable (el ejemplar mostrado mide 134x264mm), presentaban un carteo extraordinario. Eran archivados para su custodia agrupados y unidos sobre un soporte que les perforaba en tres puntos el lateral derecho, de ahí las perforaciones de aguja y marcas de presión que vemos en dicho margen.

Obligación 16 pesos duros 1835 Tesoro Real Carlos V el Pretendiente detalle perforaciones archivo

Para el anecdotario notafílico, la peculiar libertad ortográfica en sus leyendas, con una total ausencia de tildes en las palabras acentuadas que la debieran llevar o incluso cambios de letras en algunas palabras, como “recivido” con v en lugar de b, …o “Dies y Seis” en lugar de Diez y Seis o Dieciseis.

Efímeros documentos para financiar un imaginario reinado que nunca se concluiría. ¡Espero que os guste!